Mar Vaquero es una ingeniera aeronáutica nacida en Gran Canaria (Maspalomas) y trabaja en la NASA desde hace algo más de tres años. Su proyecto más reciente ha consistido en diseñar y supervisar la trayectoria de control de la sonda “Cassini”.
“Siempre he sentido curiosidad por entender cómo hemos llegado a habitar este mundo y por qué somos tan diferentes a lo que rodea nuestro planeta”, asegura esta ingeniera a la que haber visto la luna por primera vez a través de un telescopio cerca de la punta de Maspalomas despertó su interés por el campo de la investigación al que hoy se dedica.
Influenciada desde pequeña por el “ingenio nato” de su padre, el primer paso de Mar para lograr su objetivo de dedicarse a la investigación aeronáutica fue marcharse a la Península, concretamente a Madrid, para estudiar Ingeniería Aeronáutica en la Universidad de San Luis, ya que en Canarias no existía la opción.
La facilidad de su padre para de encontrar una solución rápida y creativa a los problemas que se presentan en la vida cotidiana fue lo que despertó su interés por el campo de la ingeniería, aunque la pasión por la investigación llegó avanzada ya la carrera de ingeniería aeroespacial, cuando Mar formulaba preguntas a las que sus profesores “no tenían respuesta concreta”.
Eso, unido a su admiración por la NASA y su ilusión por formar parte de una organización similar algún día, la llevaron a dar el salto a Estados Unidos, donde se doctoró por la Universidad de Purdue.
“Es cierto que en un principio me resultó difícil adaptarme a la nueva cultura y sistema educativo, pero confiar en mi capacidad de lograr nuevos retos y tener la mente muy abierta me permitieron sacar el máximo rendimiento a la experiencia”, confiesa Mar Vaquero, para quien “la perseverancia, dedicación y un espíritu competitivo son aspectos de una personalidad que permite la adaptación y el éxito en el sector espacial americano”.
Esa perseverancia es la que ha permitido que hoy haya conseguido estar donde siempre soñó, en la NASA, trabajando en grandes proyectos como su misión en la sonda Cassini y con próximos retos en mente. Concretamente trabaja en el diseño y navegación de la ruta para aterrizar una sonda en Europa, la luna de Júpiter considerada hoy uno de los destinos más atractivos del sistema solar. El objetivo principal de este concepto de misión es detectar vida y estudiar la habitabilidad de Europa. También dedica parte de su tiempo a la investigación y desarrollo de técnicas innovadoras de diseño y optimización de trayectorias, aplicables a cualquier misión, independientemente de a donde se dirijan.
Pero, ¿cómo llegó Mar Vaquero a trabajar en la NASA? “Unos seis meses antes de defender mi tesis doctoral en la Universidad de Purdue, recibió una oferta de trabajo del NASA Jet Propulsion Laboratory. Antes, tuvo que pasar por el proceso de selección regular que se lleva a cabo en el laboratorio y que consiste en varios días de entrevistas y presentaciones.
Para Mar Vaquero, la experiencia de trabajar en la misión de la sonda Cassini durante los últimos cuatro años “ha sido spectacular, no sólo por lo que supone a nivel técnico volar con absoluta precisión una nave que se encuentra a más de un billón y medio de kilómetros de la Tierra, sino por la cantidad de ciencia realizada y los grandes descubrimientos a los que Cassini ha dado pie”. La ingeniera grancanaria lo tiene claro: “Sin duda, Cassini ha cambiado la manera en que vemos y entendemos el planeta, sus lunas y su complejo sistema de anillos”.
Como científica española apasionada de la ingeniería, Mar Vaquero considera que España cuenta con varias empresas excelentes y competitivas a nivel mundial en el campo de diseño de trayectorias espaciales y navegación. También destaca el hecho de que el sector público español también haya creado varios centros de I+D especializados en la industria aeroespacial, y la “evidente importancia creciente de España en programas internacionales”. “Sería interesantísima la creación de una agencia espacial española que pudiera colaborar con otras agencias espaciales estatales y que gestionara y canalizara la investigación espacial que se lleva a cabo en las empresas y universidades españolas”, aseguró la ingeniera.
Recordando su tierra, la ingeniera manifiesta sentirse muy orgullosa de la Ley del Cielo que protege los cielos de Canarias: “es algo que nombro en Los Ángeles siempre que tengo la oportunidad, y con mucho orgullo; no sólo es fundamental para la ciencia que se lleva a cabo en los observatorios de las Islas, sino también para la astronomía amateur”. “Sin duda es un atractivo turístico, porque realmente impresiona poder ver en el cielo canario nocturno, con claridad y a simple vista, un sinfín de estrellas y hasta parte de nuestra propia galaxia”.